jueves, 2 de febrero de 2012

JUAN CARLOS GENÉ. AQUÍ NO SE CIERRA EL TELÓN




 
Grupo Actoral 80 


El teatro se quedó más vacío desde el martes. Como un escenario que de un día a otro pierde a un actor con mucha presencia y se queda desequilibrado, incompleto. 

El pasado día 31 de enero falleció en Buenos Aires Juan Carlos Gené. Este dramaturgo, director, actor, docente, ensayista, escritor, sindicalista que marcó la escena argentina y contemporánea tenía 82 años, que bien podrían haber sido cien más por lo prolífico de toda su obra; por su absoluta entrega a la profesión dramática. 

Juan Carlos Gené, maestro de maestros como Claudio Tolcachir o Héctor Manrique (actual director del Grupo Actoral 80) comenzó su carrera como actor en la década de los 50, en la televisión. La dictadura obligó a Juan Carlos Gené a migrar de su Argentina natal en 1977 y se trasladó a Venezuela, donde su “hiperactividad artística” dejó también huella. En Caracas fundó en 1983 el Grupo Actoral 80. A partir de entonces, tras el regreso de la democracia argentina, Gené vivió entre estos dos países y, de esta manera, comenzó a desarrollar un puente entre países, a integrar el teatro latinoamericano. Tanto es así que estuvo al frente del Instituto de Estudios Teatrales para América Latina, del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (Celcit).


 
Juan Carlos Gené en "Golpes a mi puerta". Grupo Actoral 80


Algunas de sus obras fueron El herrero y el diablo Se acabó la diversión (1967), Golpes a mi puerta, El sueño y la vigilia, Ritorno a Corallina, Todo verde y un árbol lila y El Inglés. Su último montaje fue nada más y nada menos que una versión de Hamlet,  en agosto de 2011. 

Se podría hacer una enumeración interminable de sus obras como director, como actor o como escritor. Una lista infinita de nombres de profesionales que hoy lloran la muerte de su maestro.  Pero, en su lugar, me parece oportuno reproducir, como ya han hecho la mayoría de diarios argentinos,  las palabras que Gené hace tres años pronunció acerca del tiempo y de la vida para el periódico argentino “Clarín”:

“Mi sensación es la misma a cuando uno ha pasado una bella temporada de verano en un lugar. De pronto llega el otoño, se están yendo los veraneantes, cambia el clima: ese tono de las obras de Chejov. Uno mira todo y sabe que se tiene que ir”.

Para Juan Carlos Gené llegó el otoño y a nosotros nos dejó un jardín de los cerezos cargado de frutos, porque todo en la vida para él fue teatro y seguirá siéndolo. Aquí no se cierra el telón.
  
 

Por Paula Pascual de la Torre


Publicado en www.elportalvoz.com

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