domingo, 22 de febrero de 2009

El Hamlet del tercer milenio



El jueves 12 se estrenó en El Matadero de Madrid una nueva versión de la clásica obra de Shakespeare, Hamlet. El director esloveno Tomaz Pandur es el autor de esta versión que, junto al dramaturgo José Ramón Fernández, traduce al español para llevarla al escenario madrileño.
La adaptación cuenta con un reparto de jóvenes actores entre los que destacan algunos como Asier Etxeandia como ejerciendo del fantasmagórico rey Hamlet, Hugo Silva en el papel de Claudio, el hermano y asesino del rey, Susi Sánchez como Gertrudis y Blanca portillo como Hamlet. Hamlet es una mujer, y esta es la sorpresa del drama. Una mujer educada y criada como un hombre. Tan femenina como masculina, con los dos mundos en perfecta armonía.

No es la primera vez que Hamlet es interpretado por una mujer, habiéndolo hecho ya antes Sarah Bernhardt o Nuria Espert. Tampoco es la primera vez que Blanca Portillo trabaja con Tomaz Pandur, ya lo hizo en “Barroco”. El director esloveno declara en una entrevista para la revista TeatroMadrid, que este es el Hamlet del tercer milenio, y Blanca Portillo es su reencarnación. Con su talento y profesionalidad interpreta con una profunda responsabilidad que va mucho más allá del texto. Y es que, al fin y al cabo, en palabras del director, el personaje de Hamlet en esta ocasión esta creado para ella. No es una actriz que se adapta al papel, sino el papel en sí, su inspiradora. En este contexto vuelve a cobrar vida la atemporal pieza Shakesperiana. Hamlet es una obra inmortal porque, como dice la actriz en el video, “es la guía del alma humana más importante que se ha escrito jamás”. Recoge todas las posibilidades del sentimiento humano desde que éste nace; amor, odio, venganza, miedo...y demuestra que es un lenguaje que no ha cambiado en nuestro siglo y no cambiará nunca. Esto provoca una atmósfera intensa y llena de melancolía. Una de las extravagancias del autor en esta ocasión es el empleo del agua. En una entrevista que el periodista Julio Bravo le hace para el ABC, Pandur aclara que el agua no es únicamente un elemento estético. “Es la materia prima de nuestra existencia. Hamlet renace en cada escena. El agua es símbolo de vida, de purificación, y también de espejo”. No descuida un detalle este director, sin duda, de los más interesantes del panorama europeo actual. El vestuario es sorprendente, igual que la escenografía. La música, del grupo Silence, ha sido creada exclusivamente para la obra. Podrán disfrutar de ella hasta el 12 de abril en el Matadero de Madrid.

Por Paula Pascual

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